viernes, 24 de septiembre de 2010

Alguien sabe ¿qué pasa cuando el tiempo se detiene?

Tu tiempo se detiene cuando esa sonrisa perfecta entra en la misma habitación que tú, cuando esos ojos te miran y dice un hola. Eso es un simple saludo para él, para ti empieza el momento de mostrar tus encantos, tus sonrisas, tus armas de princesa que quiere encontrar a su principito al que querrá durante un ratito, dejara y buscará otro más bonito. Eso es lo que todas las princesitas con sus zapatos de cristal, su hada madrina y su puta suerte a favor siempre quieren ese niño de sonrisa perfecta, mirada distante y look desaliñado, claramente ese Ken termina eligiendo a la princesita porque la vida nunca será un cuento y nunca contaran cuando el tiempo se detuvo en una esquinita de esa sala porque para una niña, simplemente una niña, su vida ha vuelto a cobrar sentido porque la persona que la da el aliento ha entrado porque para ella ese hola ha significado el inicio de las miradas sin respuesta, las sonrisas ignoradas y la vuelta a los suspiros. Simplemente la vida nunca jamás hará que ese niño tan perfecto sea algo más que un Ken que busque algo más que una Barbi la vida tampoco hará que esa cenicienta encuentre a su príncipe. En la cruda vida real el príncipe terminará con la Barbi, la niña refugiándose en sus amigas y llorando por las esquinas.

Todas hemos sido alguna vez esa niña pero no todas hemos podido ser esa Barbi.

Este es mi momento

Entras en la habitación, hay un mundo de gente, agacho la cara, suplico que olvides mi presencia pero tú te acercas. Entonces me dices “¡Hola! ¿Tienes un momento?”, admito despacio moviendo la cara sin una simple mirada. Sé que no debo mirarte no debo encontrar esa sonrisa que me hipnotiza, esa boca que me vuelve loca, esos ojos que son un gozo. Salimos fuera ya estamos solos me rozas despacio, yo aparto mi mano, sonríes, te miro y no puedo más, ahora estas aquí a un palmo de mi cara observando fijamente con esa mirada, sabía que no debía siento el deseo y me pongo a temblar. Me coges la mano, me intentas tranquilizar. Me vuelvo valiente levanto la cara te miro, sonrío, he parado de temblar. Entonces contestas bajito y despacio que no me preocupe, que estas a mi lado, que me vas a cuidar aparece mi enfado me separo, gritando que eres un falso que eso no es verdad, que no estás a mi lado que pronto te irás. No tengo razones pero me pongo a llorar te acercas despacio con miedo al rechazo no puedo ni hablar. Levantas tu mano me limpias la cara, recorres mi rostro apenas rozando, lo levantas un palmo y dices sollozando que pare de llorar ahora miro tus ojos no muestran enfado muestran dolor, tristeza y yo que sé más. Te miro extrañada no entiendo nada y paro de llorar, en ese momento me vuelvo valiente te miro y mis labios comienzan a hablar pronuncian te quiero, mis manos quieren ponerle freno se posan en mi boca pero ya está. Me giro e intento escaparme pero algo me retiene, mi mano contra tu pecho está, me detengo pero no le puedo mirar, ahora siento miedo me va a contestar. Está contestando ¡no puedo mirar! “No sabes el tiempo que llevo esperando para poderte besar” entonces sus labios encuentran los míos, ya no siento frio pero vuelvo a temblar. Separo la cara, he dejado de respirar, le tengo tan cerca que noto su aliento, me dice lo siento y se aleja sin más ¡este es mi momento, le tengo que contestar! Me acerco sin miedo y le vuelvo a besar.